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La Atalaya

escuela activa

El Proyecto

Escuela Atalaya

La Atalaya es un proyecto de educación activa y vivencial en la naturaleza. Nos encontramos en una comunidad rural, donde muchas familias llegan a criar alejadas de la ciudad.

Nuestro compromiso es enfocar la educación de la infancia de una manera respetuosa, cuidando la relación con el entorno y con los demás seres vivos y tratando de fomentar el apoyo mutuo, la cooperación, el trabajo colectivo y la preservación de los modos de vida sostenibles y coherentes con nuestro entorno rural, ya que nos ubicamos en un pequeño pueblo rural.

Nuestro proyecto está pensado para personas que viven la crianza de manera consciente y respetuosa, y que buscan para sus criaturas un lugar en el que estos sean los pilares sobre los que se constrye todo lo demás. Familias que desean que sus hijas e hijos puedan desarrollarse de manera libre y autónoma, pero siempre acompañadxs en sus emociones, necesidades e intereses.
Creemos que es muy importante que existan alternativas a la escuela tradicional y en el medio rural es vital impulsar proyectos que dinamizen y vuelvan a llenar de vida y de energía pueblos como el nuestro, que hace 15 años se había quedado bastante despoblado y prácticamente sin niños.

Desde que empezaron a darse en este lugar proyectos educativos, han ido llegando a la zona multitud de familias con criaturas. Entre todas contribuimos a recueperar tierras que no se cultivaban, reactivamos un poco las economías locales, (alquilando casas, comprando en los mercados y tienditas locales), aprendemos y continuamos algunas profesiones tradicionales, recogemos las aceitunas que los viejitos ya no pueden cosechar y aportamos otros saberes que aquí no se daban... En definitiva, La Atalaya y las familias que se van sumando, contribuimos a dinamizar el medio rural en el que estamos.

Muchas personas mayores de la zona nos agradecen la alegría que trae consigo el ruido de las risas y los gritos de los peques, en unas calles que por un tiempo, llegaron a quedarse apagadas y silenciosas.

Una escuela viva, es también un entorno rico y activo.

Las Bases

Escuela Atalaya

Creemos que el “ansia de aprender” es algo inherente al ser humano y por ello tratamos de crear un espacio rico en estímulos y libre de juicios. Queremos devolver a lxs pequeñxs su protagonismo en la infancia y el aprendizaje.

La Atalaya es una escuela activa, donde el aprendizaje se produce de manera vivencial, es decir, viviendo desde dentro hacia fuera todos los procesos.
A partir de unos límites claros y sensatos cuidamos que las niñas puedan explorar y transitar las diferentes etapas de su desarrollo, respetando sus necesidades y sus ritmos, sin imponer unas pautas comunes, contemplando a cada criatura como lo que es: un ser único e irrepetible con sus propias características. Evitando las comparaciones, el juicio y las expectativas. Abrazando las emociones.

I - Consideramos que el juego libre es fundamental para el desarrollo en esta etapa de la vida ya que contribuye enormemente al desarrollo cognitivo, social y físico, así como a la regulación de las emociones y la resiliencia. Se generan habilidades para la resolución de problemas, el autoconocimiento, la creatividad, etc. Por ello, dedicaremos gran parte del tiempo y el espacio a que lxs pequeños dirijan sus acciones y juegos por motivaciones intrínsecas y por el placer de hacerlo.

Escuela Atalaya

II - Tenemos en cuenta las distintas etapas del desarrollo y periodos sensibles y cómo estos influyen en el aprendizaje y socialización, respetando sus tiempos y procesos. (Por ejemplo, no exigir empatía cuando la peque se encuentra aún en la etapa egocéntrica).

III - Tratamos de fomentar la autonomía y libertad mediante un espacio preparado y adaptado a sus necesidades, haciéndoles partícipes de la vida cotidiana y no ofreciendo nuestra ayuda de manera automática e inmediata si no ha sido requerida. El límite que atendemos es el del respeto a las personas y al espacio. Es un límite claro y preciso que no será impuesto de manera autoritaria pero sí lo defenderemos con vehemencia.

IV - La observación hacia las personas pequeñas es la herramienta esencial de las acompañantes. Esta técnica se fundamenta en una observación científica, sin juicios de valor, totalmente objetiva y sin interpretaciones por parte de la acompañante. Es así como detectamos muchas de sus inquietudes y necesidades. Consideramos importante no interrumpir ni mediar en sus interacciones, concentración, diálogos y juegos, y trataremos de ampararlas.

V - Cuidamos a la gente pequeña en su proceso de investigación del mundo y exploración de sus sentidos facilitando la satisfacción de sus curiosidades y deseos de experimentación. Se ofrecerán actividades estructuradas relacionadas con los intereses de lxs peques. Cuando las acompañantes o el espacio no puedan cubrir dichos intereses, nos plantearemos la visita a otros espacios o invitaremos a especialistas en la materia. Se valora que madres, padres o allegadxs del proyecto compartan sus habilidades y conocimientos con el grupo en sesiones especiales.

VI - Nuestro proyecto se enmarca en un ámbito rural y aprovechamos al máximo las posibilidades y recursos que esto nos brinda para aprender sobre la naturaleza, el entorno y la cultura. Nos interesamos por proyectos de la zona que funcionan de forma cooperativa, colectiva y respetuosa con las personas y el medio ambiente. VII - La comunicación y el diálogo entre las familias y las acompañantes es muy importante en este proyecto. Se organizarán reuniones periódicas donde transmitirnos todas las observaciones, hallazgos o información importante.

Escuela Atalaya

Quiénes somos

Hemos ido probando, a lo largo de diez años, diferentes formas de organizarnos y de acompañar y actualmente somos un equipo de cuatro adultas acompañantes que toman las decisiones (el corazón) y un montón de familias con criaturas que le dan vida y color a este proyecto (¡nuestro motor!).

Las cuatro mujeres que formamos el equipo pedagógico provenimos de formaciones y experiencias diversas que consideramos muy enriquecedoras a la hora de acompañar a las niñas y niños en la exploración y comprensión del mundo desde el máximo respeto hacia la infancia, las etapas del desarrollo y los procesos individuales.

Las trayectorias de cada una de nosotras han sido de lo más diferente; somos un entramado multidisciplinar con un bagaje personal y profesional que proviene de diversas áreas del conocimiento. Navegando procedentes de los ámbitos del arte, la música, la antropología, la comunicación audiovisual, el teatro y la salud, lo que nos ha unido es nuestro gran amor hacia la infancia y el acompañamiento respetuoso de los procesos de aprendizaje. Las cuatro venimos de lugares distintos, dos de nosotras hemos vivido durante años en México, y de allí nos hemos traído una maleta llena de experiencia en la creacióǹ y participación de proyectos de educación alternativa, tanto en el nivel de infantil y de primaria, como en la universidad, en poblaciones urbanas y en comunidades indígenas.

Hemos trabajado con organismos públicos y con proyectos autónomos, hemos acompañados a critaturas desde los dos años hasta la juventud, dentro y fuera del aula; en lo académico y en lo lúdico, haciendo talleres, campamentos, rutas ambientales, cuentacuentos... Hemos trabajado con los servicios sociales, en proyectos de atención a la diversidad funcional, con comunidades autogestionadas, en barrios obreros, en ciudades grandes, en colegios públicos y en escuelas libres. Hemos trabajado muchas veces por vocación, sin cobrar, hemos arrancado numerosos proyectos y colaborado en muchos otros.

A pesar de nuestros distintos puntos de partida, nos hemos encontrado en un lugar común, compartimos aquello que nos une: el deseo de dar vida y dotar de raíces a este proyecto educactivo; juntas queremos seguir construyendo esta Atalaya, en la que volcamos todos nuestros aprendizajes y saberes, toda nuestra experiencia y nuestros descubrimientos pasados, nuestras ideas y visiones del mundo.

En los últimos años nos hemos ido centrando y acercando cada vez más a la infancia a través de la maternidad (de dos de nosotras) y de la formación específica en pedagogías activas. Hemos recibido formación como Guías Montessori en la etapa de Casa de Niñ@s (de 3 a 6 años) y de Taller (de 6 a 9 años), así como cursos sobre algunos aspectos de la pedagoǵia Waldorf, la Expresión Creadora y distintos cursos y talleres sobre Educación Activa y Pedagogía Libre.

Consideramos que todo el conocimiento y la experiencia que portamos puede servir para impulsar el desarrollo cognitivo y emocional de las niñas y niños con las que convivimos, así como la profundización en disciplinas y campos concretos del aprendizaje como son el lenguale y comunicación, el pensamiento matemático, la exploración y conocimiento del mundo, el desarrollo físico, la salud, el desarrollo personal y social y la expresión y apreciación artística.

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